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Pif en gatos

La Peritonitis Infecciosa Felina es una enfermedad viral que lamentablemente aún no tiene cura y lleva a los gatitos a la muerte.

Se contagia normalmente a través de la contaminación por medio de las heces, pero también se ha visto algunos casos de contagio por saliva, aunque con muy poca frecuencia. Los gatos más susceptibles al PIF, son generalmente los menores de 2 años o bien, mayores de 13 años.

El virus tiene afinidad por las células de la pared del intestino, y si logra reproducirse de manera importante, puede provocar fecas más blandas o algunas diarreas en los gatos. El problema es que, por causas que aún se desconocen, puede mutar, y es acá cuando tiene la posibilidad de generar esta grave enfermedad.

Al mutar adquiere la capacidad de meterse dentro de los macrófagos (células de defensa) y de esta forma atravesar la barrera intestinal llegando a la sangre (viremia). Es así como comienza a viajar por los vasos sanguíneos afectando a más y más células de defensa (macrófagos y monocitos), diseminándose por todo el organismo y generando finalmente una afección multiorgánica.

Algunos gatos que tengan su inmunidad sana, pueden contagiarse del virus sin mostrar síntomas y combatirlo, pero estos pueden quedar como portadores, liberando el virus al ambiente por un tiempo corto o pueden hacerlo intermitentemente el resto de su vida. En caso de mostrar síntomas de PIF, fallecerá el 95% de los afectados.

Esta enfermedad se presenta de 3 maneras: seco, húmedo o mixto.

En el seco, se genera una vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) produciendo lesiones granulomatosas en sus paredes, que dependiendo de los órganos que afecta y su capacidad de mantener su función, serán los síntomas que aparezcan en el mínino.

En la húmeda se altera la permeabilidad de los vasos sanguíneos, dejando pasar líquido a las cavidades abdominal y/o torácica, donde se podrá encontrar un líquido de aspecto amarillento, traslúcido y espumoso generalmente (a veces el líquido puede encontrarse con otro aspecto).

En el caso de la mixta, es cuando se generan ambas, seca y húmeda juntas, incluso es posible que pase de una a la otra.

Síntomas

La sintomatología es muy inespecífica. Al comienzo de la enfermedad pueden apreciarse distintos síntomas, como inapetencia, anorexia, decaimiento, pérdida de peso y fiebre fluctuante crónica que no responde a tratamientos con antibióticos. Mientras avanza la viremia irán apareciendo diferentes signos clínicos dependiendo de los órganos que se estén afectando.

Los órganos afectados serán los que entreguen el resto de los síntomas. Los más frecuentes son los órganos abdominales, principalmente riñón y linfonódulos mesentéricos (los están entre el intestino), mientras que los menos frecuentes son bazo e hígado. También puede verse afectado el sistema nervioso central, produciendo problemas de comportamiento y frecuentemente parálisis del tren posterior del felino. También pueden aparecer problemas oculares como uveítis (inflamación de la úvea), edema, lagrimeo, etc.

Lamentablemente el PIF no tiene tratamiento, por lo que se busca ayudar al gatito en su sintomatología, intentando alargar un poco más su tiempo de sobrevivencia y buscando mantener, por el tiempo que le quede, una calidad de vida óptima para no llegar al sufrimiento. Llegado ese momento, generalmente se recomienda la eutanasia.

Es por esto que es tan importante la prevención. El virus se encuentra en todo el mundo y es de fácil transmisión, por lo que es de vital importancia mantener una higiene constante de las cajas de arena. 

Recuerda que lo más importante es la prevención y la higiene, así nuestros regalones no se verán afectados por esta fea enfermedad que tantos inconvenientes trae. Si tienes dudas, déjanos tus comentarios para orientarte y ayudarte a cuidar la salud de tu felino.

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